El otro día, hablando con mi amigo Manu, me decía que le desagradaba (cito literalmente) “el lenguaje autoritario del coaching” porque lo veía muy alejado del momento de búsqueda espiritual en que se encontraba.
Después del inevitable asombro inicial, me quedé pensando en el porqué de su percepción, puesto que, si de algo puede presumir el coaching, es de no imponer absolutamente nada y de ser totalmente respetuoso con los valores y opiniones de cada cliente.
Es cierto que lo que podríamos llamar el “tono” utilizado por muchos de nosotros puede, de alguna forma, descolocar. Pero ello tiene que ver con que nos hace enfrentarnos a nosotros mismos. Y eso no siempre es cómodo.
Manu decía que, desde que soy coach le cuestiono demasiado sus “creo”, sus “más o menos” y otras expresiones dubitatibas a las que está muy apegado y le incito a que defina más claramente sus opiniones y sus deseos.
También apuntaba que hablar de “metas” y “planes de acción” le resulta lo menos espiritual que imaginarse pueda. Pero, ¿quién dice que la espiritualidad implique la inactividad y la ausencia de dirección? ¿quien dice que un objetivo no pueda ser, precisamente, “ser más espiritual” y que el plan de acción no pueda incluir, por ejemplo, asisitir a clases de yoga?
Espiritualidad es autoconsciencia y conciencia de que somos parte de un todo. Y en ese camino, el autoconocimiento juega, a mi modo de ver, un papel fundamental. Y es aquí donde entra en juego el coaching utilizando todo tipo de herramientas: PNL, visualizaciones o........ preguntas "incómodas”, tendentes a hacernos conscientes de cómo somos realmente, de qué sentimos, de cómo actuamos y enseñándonos a poner todo ello a nuestro favor y no en nuestra contra.
El proceso implica un cambio y los cambios siempre producen resistencia pero si hay algo seguro es que todas las personas que conozco que se han enfrentado a un proceso de coaching sienten que su vida y ellos mismos, han cambiado a mejor. Y ese cambio es, en gran parte, espiritual.
¿Seguro que son cosas tan diferentes?
Bien Elisa por mantener la atención sobre el blog!!!
ResponderEliminarTodavía quedan muchos por animarse.
Saludos
Pedro Marcos
www.efic.es
Inma dijo:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu opinión,Elisa..
El punto de partida del Coaching (siempre desde una opinión subjetiva) debe suponer un examen de conciencia sobre nosotros mismos.Sólo de esa manera,cuestionándonos y sometiéndonos a prueba a nosotros mismos, conseguiremos iniciar nuestro proceso de cambio o remodelación personal, a través de un mayor autoconociemiento y fijación de intereses.
No es fácil,admitir nuestros propios errores y defectos u obligarnos a decidir cuando realizaremos nuestros cambios, pero solo asumiendo esto y conociéndolos podremos llegar aún más allá de la meta que teniamos prevista.
INMA DE LA TORRE
Coach especializada en Empleo
inmadlatorre@hotmail.com