EL VERDADERO VIAJE INTERIOR NO ES BUSCAR NUEVOS DESTINOS, ES MIRAR CON NUEVOS OJOS.



LA META LA PONES TÚ, NOSOTROS TE ACOMPAÑAMOS EN ESE CAMINO.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Gestión del tiempo,…, ¿quién gestiona a quién?

He escuchado y utilizado mucho “el dicho” acerca del plato de huevos con beicon, en relación al compromiso e implicación de las personas, que concretamente dice así:
“En un plato de huevos con beicon, ¿quién está comprometido y quién está implicado?. Efectivamente el implicado es la gallina y el comprometido el cerdo.”


Pues bien, en la relación que tenemos con nuestro tiempo, me atrevería a hacer la misma pregunta, ¿quién está comprometido y quién está implicado? Definitivamente implicado está el tiempo que pasa, y pasa, y vuelva a pasar, y los comprometidos somos nosotros sobre los que el primero va dejando sin duda, huella en su pasear.

Llegados a éste punto es donde me gustaría que hiciéramos una pequeña reflexión, sobre a qué nos referimos cuando hablamos, o se habla de gestión del tiempo.

Yo, sinceramente, siempre he pensado que aludíamos a cómo hacer para que nos dé tiempo a llevar a cabo todo aquello que queremos, que nos proponemos, durante el tiempo que disponemos,…

…, pero en éste instante, cada vez estoy más convencido de que la VERDADERA GESTIÓN DEL TIEMPO, no tendría que estar centrada en hacer cosas, cuantas más mejor, en menos tiempo (puesto que por naturaleza somos inconformistas y cuando vemos que somos capaces de hacer más en el mismo tiempo, nuestro nuevo reto será aún si cabe engrandecer el número de tareas sin aumentar el tiempo dedicado para ello, llegando seguramente a la frustración o a la desmotivación).

¿Qué pasaría si a partir de ahora trabajáramos por gestionar nuestra percepción de cada momento que pasa? ¿cómo viviríamos si no diéramos cabida a los momentos “negativos” o los supiéramos aceptar de forma que no PERJUDICARAN los que quedaran por llegar?

Esta es para mí la verdadera gestión del tiempo, de nuestro tiempo, la que nos traiga como contrapartida momentos de satisfacción, de plenitud, y no nos ponga contra las cuerdas ante una auto competición por hacer más en menos.

Ahora bien, ¿cómo hacerlo? Ahh!, esa es la gran pregunta, a la que le falta la valiosísima respuesta.

Humildemente entiendo que la raíz está en la percepción que hacemos de todo aquello que está en nuestro entorno, en nuestra realidad, en lo que nos sucede, en lo que recibimos.

Extrapolando las enseñanzas de Tim Galway en su libro “El juego interior del tenis”, me atrevería a proponer que no seamos justicieros de nuestro tiempo, que en la medida de lo posible no emitamos juicios de valor negativos que no harán más que lanzar dardos envenenados contra nuestra autoestima, nuestro ser, nuestro cerebro, en definitiva contra NOSOTROS MISMOS (¿hay algo más absurdo?).

Seamos simplemente descriptores de lo que ocurre y que sea contrario a nuestro deseo, y por otra parte valoremos al máximo todos los instantes surgidos de acontecimientos que nos hagan disfrutar. Estaremos dando más peso a los valores positivos que a los “otros”.

No es tarea fácil, pero el tiempo tiene una fuerza sobre nosotros incuestionable, y es que pasa, que transcurre, y mientras, ocurren “azares de la vida” que en mucho de los casos no controlamos…, entonces

¿Por qué fustigarnos por algo que ya ha ocurrido y que no admite retroceso alguno?

Construyamos un fortín alrededor de la percepción e interpretación de ello, describamos todo aquello que no nos gusta o que no es positivo para nosotros y vivamos con intensidad los instantes que nos aporten valores positivos.

Quizás así seamos nosotros realmente los que gestionemos al tiempo y no a la inversa.

Propongo que ante esos otros momentos, nos preguntemos:

+ muy bien ocurrió, por qué sucedió? hay algo que yo pueda hacer?

+ qué pensaré de esto cuando pasen 20 años?

+ qué le diría a un amigo que le hubiera ocurrido?

+ cuál es la mejor solución u opción?

+ voy a permitir que esto marque un ápice mi ser y estar ahora y en el futuro?
Y es que la valoración que hagamos de lo que nos ocurre hoy afectará al futuro, puesto que se convertirá en recuerdos, pero es más, también afectará a los recuerdos que tenemos en la actualidad, puesto que, será nuestro estado anímico el que decida qué recuerdos evocar y cuáles mantener “guardados”.

De ahí que comentara en algún foro,
Ser capaz d gestionar l evaluación q hacemos de cada momento puede provocar cambios inimaginables en l futuro; quién se anima a comprobarlo?


Animo a que lo comprobemos,… pues no sólo es gratis, sino que depende tan sólo de nosotros mismos.

Un abrazo

Pedro Marcos
Coach
e-mail: pedromarcos@efic.es
http://www.efic.es/
http://pedromarcoscoach.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Hoy me has hecho feliz , leyendo lo que has escrito .
    Cuanto avanzas

    Un abrazo
    Inma Sanz

    ResponderEliminar
  2. Gracias Inma.

    Un abrazo

    Pedro Marcos

    ResponderEliminar

Tus comentarios nos ayudan a mejorar.
Agradecemos tu participación